El limón de Colima

Mirtea E. Acuña

Uno de los frutos característicos de la región, que ha cobrado merecida fama internacional, es el “limón de Colima”. Se trata de una variedad de lima ácida que, sin ser originaria de América, sí está registrada botánicamente como limón mexicano (Citrus aurantifolia, S.). Su presencia en esta parte del país data del siglo XVII, época en que el escorbuto obligaba a los capitanes de barcos a hacer acopio del preciado fruto. En 1895 ya se cultivaba en los municipios de Comala y Tecomán, y se exportaba mensualmente a San Francisco, California. En aquellos lejanos años de finales del siglo XIX, los agricultores y hombres de negocios colimenses aguardaban impacientes la construcción de la vía férrea, única esperanza de mejorar la economía del estado.

Los primeros cultivos de limón que ya se pueden considerar de tipo comercial, se iniciaron en la década de los años veinte de nuestro siglo, en las haciendas de Nogueras, Buenavista y El Banco, ubicadas en los municipios de Comala, Cuauhtémoc y Coquimatlán.

En la medida en que se construyeron canales de irrigación en el valle de Tecomán durante los años cincuenta, la producción del limón fue en aumento, pensando principalmente en la industrialización. En esos años, la unión de citricultores compró maquinaria en Estados Unidos y firmó un contrato con la Golden Citrus Juices Inc. de Florida, por 200 mil galones de jugo de limón y de aceite esencial, lo que aseguró su producción. Las empacadoras primero, y posteriormente las industrias, se multiplicaron. En ese entonces el territorio de Tecomán fue considerado como “la capital mundial del limón”.

Actualmente se cosechan otras variedades de limón, como el persa, y según los registros del INEGI, se dedican a este cultivo 19 119 hectáreas, de las cuales 19 090 son de riego y sólo 29 de temporal. El estado de Colima ocupa el primer lugar en la producción de este cítrico.

En las distintas industrias se procesa el limón para originar una amplia gama de productos, como son el aceite esencial y diferentes jugos, cuya variante de clarificación mediante ultrafiltro a nivel molecular para eliminar todos los sólidos, es preferido en Inglaterra por su transparencia, agradable olor y brillante color. Además, la cáscara es aprovechada para obtener pectinas o para fabricar mermeladas, previa deshidratación o escaldado de la cáscara. Finalmente, no pueden dejar de citarse las empacadoras, donde se prepara el limón en fruta para el mercado nacional e internacional.

Del limón todo es aprovechable: de las hojas se puede obtener un aceite, como lo hacen en Italia, y en cuanto a la madera, tal vez podría ser útil, porque la gran cantidad de aceites que contiene la convierten en un excelente combustible ¡que arde como yesca! En general, estos productos son utilizados por la industria alimentaria. El limón seleccionado en las empacadoras es preparado, además, para su exportación a Estados Unidos, Canadá y Sudamérica.

Hoy el panorama es otro para el limón y para los colimotes. Actualmente su cultivo se ha transformado en un generador de fuentes de trabajo, pues incluye labores como siembra y mantenimiento de los huertos, cosecha, empaque e industrialización, comercio de maquinaria agrícola e industrial, fabricación de cajas de empaque, transporte, etcétera... Todo esto representa un complejo importante de la economía regional, máxime por las divisas que genera su comercialización y exportación.

No es extraño, entonces, que en este rincón del país al limón se le haya llamado “el oro verde”.
Fuente: http://www.mexicodesconocido.com.mx/el-limon-de-colima.html

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